Pensábamos que no llegábamos, pero… (Nuestra experiencia en el Camino de Santiago)
Cuando nos propusieron hacer el Camino como actividad de 3º de la ESO nunca nos imaginamos todo lo que podría llegar a pasarnos en solo 4 días.
En el primer día las ganas y la motivación eran un tema común, aunque por la lluvia, empezamos a centrarnos más en el llegar que en el disfrutar. Nada que no se pueda arreglar con unas gominolas y la compañía de nuestros compañeros de clase. Llegar al albergue
fue un alivio para todos. Allí descubrimos que dormir con 30 personas podría ser más silencioso, pero no más ruidoso, pero al estar cansados, eso fue lo de menos.
Valga…la etapa más larga. El tiempo mejoró y tocaba caminar 30 kilómetros, anduvimos unas 8 horas durante las cuales no paramos de contar historias, hacer bromas e incluso curar algún compañero. Además pasamos por unos paisajes preciosos que hicieron la etapa más amena. La llegada al albergue fue la más emotiva del Camino y sin duda la más deseada, reímos, lloramos e incluso saltamos de
felicidad. Al menos pudimos descansar gracias a los abrazos de buenas noches de nuestros maravillosos profesores.
El día 3 nos parecía un paseo comparado con el anterior, ya que faltaban pocos kilómetros para llegar a Santiago. Lo enfrentamos cansados, pero con buen ánimo. Ese día pasamos por Padrón donde no pudimos probar los mejores churros del mundo (según nuestro tutor) pero sí una buena tapa de pulpo que nos dió energía para seguir. La cena estuvo cargada de risas y alegría, primero fueron huevos y después pelotas, no hay mejor manera de describir nuestra cena.
El último día empezó por todo lo alto, un desayuno digno de nuestro esfuerzo para poder terminar nuestro Camino. Caminamos 2 horas juntos y por fin, por fin llegamos al objetivo, La Catedral de Santiago. No sabemos muy bien cómo describir lo que siente cada uno en un momento tan emocionante como ese, el llegar después de tanto esfuerzo, dolor y risas hace que veamos la catedral con nuestros mejores ojos.
La llegada a casa fue un poco agridulce ya que lo estábamos deseando pero en el fondo no queríamos alejarnos de nuestros compañeros con los que habíamos compartido tantos buenos momentos.
Para terminar queremos agradecer por todo lo que hicieron a La Madrina (Inés), Tía Mon(Montse) y Carlos Juan (Juan Carlos) por las curas, los momentos de risa, las bromas, sus maravillosos abrazos y por ser nuestra segunda familia mientras estábamos fuera de casa.
OS QUEREMOS.
Claudia y Leonor (Alumnas de 3ºESO)