El inicio de curso es una de las fechas más esperadas por los alumnos y alumnas de Maristas. Cada etapa vive este día de una manera diferente.
Para los más pequeños es el día de volver a ver a los amigos, de volver a cantar juntos, de volver a jugar en los recreos con el baúl de los juguetes, de ir al parque infantil, de aprender o re-aprender a ponerse el mandilón, de encontrar su sitio en la clase, de saber dónde tiene que colocar su mochilita, de volver a la rutina de los espacios de inteligencias múltiples, de volver a la huerta…
Para los que ya son un poco más mayores, las ilusiones son casi las mismas, porque volver a ver a sus amigos y amigas es lo más importante, aunque los objetivos ya son otros. Tienen ganas de saber quién les tocará al lado o en el grupo, ahora que podemos retomar el cooperativo, quién será su tutor o tutora, qué nuevas aventuras viviremos este curso, qué aprenderé…
Y para los mayores de la ESO los sentimientos son muy variados, desde el alumnado de 1º ESO que tiene la sensación de que ya es mayor porque ha cambiado de etapa, de piso y de pasillo, hasta el alumnado de 4º ESO que, muy a su pesar, sienten con cierta melancolía que este va a ser su último año en el Centro. A todos en esta etapa les preocupan las notas, los exámenes, las relaciones sociales, los amigos y amigas de la clase…
Para el profesorado, el inicio de curso también es especial. Queremos que todo esté preparado para ellos, que se sientan bien recibidos.. pero sobre todo, sentimos, que en cada inicio de curso se abren nuevas oportunidades de volver a conocernos y conocerles, de disfrutar con sus historias y de sentirnos parte de la vida de nuestro alumnado. En las reuniones de padres, hemos querido plasmar la ilusión que tenemos por este nuevo curso y la necesidad de que familia y escuela caminen en el mismo sentido.
Para todos, sin excepción es el momento de retomar la rutinas que harán de este curso, un curso ÚNICO e IRREPETIBLE.